Antes de utilizar la cafetera por primera vez, es fundamental realizar una limpieza completa. Lava la cafetera con agua caliente y jabón para eliminar cualquier residuo de fabricación. Después, ponla en funcionamiento solo con agua un par de veces para asegurarte de que todos los componentes están correctamente enjuagados y que no quedan restos de impurezas. Además, asegúrate de quitar cualquier etiqueta o residuo de adhesivo, ya que estos pueden contener cloruros que podrían dañar el acero inoxidable con el tiempo.