Acero inoxidable - Mantenimiento menaje del hogar

Acero inoxidable.

CONSEJOS PARA EL CUIDADO DE LOS ARTICULOS DE COCCIÓN DE ACERO INOXIDABLE

A continuación, veremos una serie de consejos, que deberemos tener en cuenta a la hora de utilizar nuestras ollas, cacerolas y sartenes de acero inoxidable, para que mantengan su aspecto y propiedades originales después de un uso prolongado.

Precauciones y seguridad

  • Evitar temperaturas extremas:
    No sobrepase los 250ºC de temperatura para garantizar la durabilidad del utensilio y evitar daños.
  • No apto para microondas:
    No utilice el utensilio de acero inoxidable en el microondas.

  • No sobrecalentar vacío:
    No sobrecaliente el utensilio cuando esté vacío, ya que puede dañarse o deformarse.

  • Manipulación con cuidado:
    Evite golpes en los bordes del utensilio, ya que podrían dañarse. Después de un uso prolongado, las superficies estarán calientes, por lo que debe usar guantes de protección para evitar quemaduras.

  • Controlar la cantidad de alimento:
    No sobrepase los 2/3 de la capacidad del utensilio con alimentos para evitar derrames durante la cocción.

Primer uso

Aunque las piezas de acero inoxidable se limpian en fábrica antes de ser embaladas, es fundamental realizar una limpieza inicial antes de utilizarlas en tu cocina.

A pesar de que las ollas, cacerolas y sartenes pasen por un proceso de limpieza en la fábrica, estas habrán sido manipuladas durante su fabricación, transporte y almacenamiento, lo que significa que pueden haber quedado residuos de polvo, grasa o partículas externas.

Además, muchos artículos de cocina vienen con etiquetas y pegatinas de advertencia que, aunque no son peligrosas, contienen adhesivos y colas que pueden dejar restos en la superficie. Estos adhesivos contienen cloruros y otros compuestos químicos que, si no se eliminan correctamente, podrían reaccionar con el acero inoxidable durante el primer uso y causar corrosión o manchas permanentes en las piezas. Por lo tanto, es fundamental eliminar completamente estos residuos antes de la primera utilización.

Para realizar la primera limpieza de manera adecuada:

  1. Retire todas las pegatinas: Usa agua tibia y jabón suave para eliminar cualquier etiqueta o adhesivo de las piezas. Para facilitar el proceso, puedes dejar las piezas en remojo durante unos minutos y luego raspar con cuidado los restos de la cola.

  2. Enjuague completo: Asegúrate de enjuagar las piezas con abundante agua tibia para eliminar cualquier resto de jabón o productos de limpieza que puedan quedar en la superficie del acero inoxidable.

  3. Secado adecuado: Tras la limpieza, seca las piezas completamente con un paño suave o una toalla limpia para evitar manchas de agua o corrosión. El secado es fundamental, ya que el agua estancada puede dejar marcas, sobre todo si el agua es dura.

Realizar esta limpieza inicial no solo ayuda a eliminar residuos visibles, sino que también prepara las piezas para un uso adecuado, garantizando que las propiedades del acero inoxidable se mantengan intactas durante mucho más tiempo. Así, te asegurarás de que tu utensilio esté libre de sustancias químicas no deseadas y listo para la primera cocción sin riesgos.

Recuerda que el cuidado adecuado desde el principio no solo prolonga la vida útil de tus utensilios de cocina, sino que también asegura que puedas disfrutar de sus beneficios sin que se vean comprometidos por los residuos de la fábrica.

Limpiezas posteriores

Tras el uso de los utensilios, lavar las superficies con agua y jabón de tipo neutro hasta la eliminación de la suciedad. Emplear bayetas y/o esponjas que no arañen al inoxidable. Nunca utilizar una herramienta de acero al carbono ya que el roce contra el acero inoxidable podría provocar la contaminación de este con partículas de hierro que darían lugar a la aparición de puntos de oxido. Nunca olvidar un buen aclarado con agua después de cualquier operación de limpieza así como secar las superficies para eliminar productos químicos presentes en el agua.

Normalmente el uso del lavavajillas no supone un problema para el acero inoxidable, pero a la hora de hacerlo, es preciso tener en cuenta algunas consideraciones:

  • Los detergentes usados en los lavavajillas suelen contener productos químicos más agresivos que los usados a mano.
  • Además, en ocasiones contienen cloruros, que atacan al acero inoxidable si no son bien enjuagados.
  • Las temperaturas y tiempos de exposición a estas sustancias son más prolongados que en un lavado a mano.

Teniendo en cuenta estas consideraciones, podemos realizar las siguientes recomendaciones para el uso del lavavajillas:

  • Escoger los programas más cortos, y a más baja temperatura necesarios para la limpieza.
  • No meter productos de acero común junto a los de inoxidables, ya que si entran en contacto puede provocar lo que se conoce como corrosión galvánica del acero inoxidable.
  • Colocar los utensilios de forma que el agua escurra de la forma más fácil, es decir que las superficies no queden colocadas horizontalmente. De esta manera, el secado de las piezas será más rápido, reduciendo el problema de la corrosión.
  • Extraer las piezas lo antes posible, y secarlas con un paño para eliminar cualquier resto de humedad.

Eliminación de manchas

En el uso habitual de cazuelas de acero inoxidable, puede darse el caso de que aparezcan diferentes tipos de manchas, picaduras u coloraciones de las superficies, sin que ello suponga ni un defecto en las propiedades del material, ni un riesgo sanitario a la hora de cocinar.

  • Picaduras o puntos de oxidación.
    Tanto el agua con la que cocinamos, como los alimentos, pueden en algunos casos contener sustancias que, en un contacto prolongado a altas temperaturas con el acero inoxidable, pueden provocar la aparición de manchas o imperfecciones en el interior de las ollas. Esto es algo normal, ya que hay alimentos con diferentes grados de acidez, y aguas que por razones sanitarias tienen unas concentraciones de cloro elevadas.
    Es importante que, después del uso, se limpien y enjuaguen bien las piezas, eliminando completamente los restos de la cocción lo antes posible, ya que una exposición prolongada en medio húmedo puede dar lugar a la aparición de picaduras.
    La sal que agregamos a los alimentos también puede ser causa de la aparición de estos desperfectos. Se recomienda que en las cocciones, la sal se agregue una vez que el agua ya esté en ebullición, para evitar que quede depositada en el fondo, creando una zona rica en cloruros que puede provocar picaduras en la superficie.
    Los detergentes mal aclarados también pueden afectar al acero inoxidable. Cuanto más agresivos sean, más cuidado habrá que poner en su eliminación completa.
    Evitar el roce con utensilios de acero común, ya que puede quedar alguna partícula de hierro adherida al inoxidable que se oxide.
    El acero inoxidable es un material que se "autoprotege" contra la corrosión, por lo que si aparece un punto de óxido, basta con frotar con un estropajo hasta que la zona quede limpia.

  • Manchas blancas
    Las manchas blancas que aparecen en las cacerolas son depósitos de cal, que quedan incrustados en la superficie del acero inoxidable tras la cocción.
    Normalmente esta cal está presente en el agua, y al entrar en ebullición, se deposita en la superficie interior del acero, lo que hace que se incruste debido a la alta temperatura.
    Para limpiar estas manchas, se puede utilizar una solución de 1 parte de vinagre y 3 de agua. Si es necesario, añadir la solución caliente.
    Frotar hasta eliminar las manchas. Después, lavar las superficies con abundante agua hasta eliminar completamente la solución ácida, y secar bien la superficie.
  • Coloraciones azuladas
    Cuando se calienta el acero inoxidable a temperaturas elevadas, la superficie del material puede adquirir una tonalidad azulada. Esto indica que el utensilio se ha calentado en exceso.
    El acero sigue manteniendo todas sus propiedades, y las cazuelas seguirán siendo aptas para su uso, sin afectar el sabor de los alimentos.
    Existen productos para devolver el aspecto original al acero inoxidable. Si no se dispone de ellos, basta con frotar la superficie con un estropajo para restaurar su apariencia previa.
    En ocasiones, estas coloraciones pueden aparecer sin haber sobrecalentado el utensilio. En esos casos, algún producto de la cocción o de los detergentes empleados puede haber causado el cambio al no ser completamente eliminado. Normalmente no supone ningún riesgo, para eliminar esta coloración podrá pasar un paño con vinagre para posteriormente limpiar de manera habitual con agua y jabón. También se puede eliminar frotando con estropajo hasta recuperar la coloración habitual.

Recomendaciones para extender la vida

El cuidado adecuado de los utensilios no solo asegura una cocina más eficiente, sino que también aumenta la durabilidad de los artículos. Para maximizar la vida útil de tus sartenes y cazuelas:

  • Uso moderado de temperatura: El exceso de calor puede dañar la superficie de acero. Asegúrate de no sobrecalentar los utensilios, especialmente cuando estén vacíos. Te enseñamos aquí cómo calentar la sartén y cómo cocinar.
  • Almacenaje adecuado: Si guardas tus sartenes apiladas, coloca un paño o protector entre cada una para evitar que se rayen.

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